En ese sentido las metas establecidas para el Desarrollo Sostenible fijan como objetivo para 2.030 mejorar la calidad del agua “reduciendo la contaminación, eliminando el vertido y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial”.

Según fuentes de la Organización Mundial de la Salud y UNICEF:
Más del 80% de las aguas residuales generadas por la sociedad regresa al ecosistema sin haber sido tratada ó reutilizada 1.800 millones de personas utilizan una fuente de agua potable contaminada con heces, por lo que corren el riesgo de contraer cólera, disentería, fiebre tifoidea, y poliomielitis. El agua insalubre y un saneamiento e higiene deficientes causan alrededor de 842.000 muertes al año.

Las aguas residuales tratadas en forma segura son una fuente accesible y sostenible de agua, de energía y nutrientes
El costo de gestionar las aguas residuales se ve compensado de sobremanera por los beneficios para la salud humana, el desarrollo económico y el sostenimiento del ambiente.

Nuestro aporte como ciudadanos preocupados por el cuidado del medio ambiente consiste en no arrojar residuos en lugares no autorizados, tratando de minimizar los mismos, reutilizando lo que sea posible, contribuyendo de esta manera a reducir los riesgos de contaminación de nuestro acuífero.

Además debemos colaborar en el sentido de reducir la generación aguas residuales en nuestro domicilio, en el comercio y en la industria, porque ello redundará en una mejor calidad de vida.
Ing. José Manuel Martínez. Presidente E.A.M.Se.P.