El año pasado, ese mismo tribunal ya había declarado, por unanimidad, responsable del crimen al policía Pallero. Él nunca negó el hecho, aunque aseguró que la víctima intentó robarle el estéreo del auto. Sin embargo, su relato no pudo ser comprobado, mientras que las pericias realizadas al equipo que supuestamente había intentado robar echaron por tierra dicho planteo. Es que en el estero no se encontraron huellas de Facundo, la víctima, y sí de otro personal policial.
La pena mínima para el delito que se le imputó al policía, el de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, era de 10 años y 8 meses de prisión, lo que pidió la defensa. Desde el Ministerio Público Fiscal se pidió una pena de 14 años y 6 meses, mientras que la querella había solicitado 25 años. La decisión final fue de 12 años y medio.
El policía Pallero estaba en su vivienda y escuchó ruidos en el exterior. Se asomó por la ventana y observó a Facundo caminando frente a su domicilio. Creyó que iba a robarle su vehículo o algún elemento del habitáculo del mismo; agarró su arma reglamentaria, salió de la casa, persiguió a la víctima y le efectuó dos disparos por la espalda. Uno de ellos le impactó y le produjo la muerte. Fue un fusilamiento y en ningún momento se comprobó que la intención de la víctima fuese la de concretar un robo.
El hecho ocurrió el 30 de agosto del 2019, entre la 1:30 y la 1:50, cuando el joven caminaba por una calle de la ciudad de Zapala, donde finalmente encontraría la muerte en manos del policía.