En el partido de vuelta por los cuartos de final del certamen organizado por Lifune, Don Bosco debía remontar una diferencia adversa de 5 a 2, algo que estuvo a punto de darse luego del triunfo por 3 a 1 que los deja eliminados del certamen por el resultado global.
El elenco zapalino encontró el primer gol de la tarde en los pies de Bergenfeld, que a los 30 minutos clavó una maravillosa volea que se coló en el ángulo del arquero visitante. A esa altura hacían falta dos tantos mas para forzar los penales.
Sin embargo, el panorama se complicó cuando el árbitro del encuentro, el zapalino Adrián Avila tomó decisiones apresuradas y expulsó a dos jugadores por equipo con roja directa. Maggieri y Dominguez verían todo el segundo tiempo desde afuera.
A los 45 minutos de la primera parte, Don Bosco alcanzaría un nuevo gol. El mismo fue convertido por Arias, quien le daba mayores esperanzas a la clasificación a semifinales.
Cuando faltaban segundos para dirigirse a los vestuarios, nuevamente Avila decidió ser el protagonista del encuentro y expulsó a dos jugadores mas por bando. Ortega, de buen partido, también se iría a las duchas en Don Bosco.
Producto de las expulsiones los ánimos se caldearon y derivaron en empujones y piñas entre jugadores y la Policía que decidió invervenir. Avila amenazó con suspender el encuentro si no existían las garantías necesarias. Luego se retiraría de la cancha escoltado por efectivos policiales.
En el complemento, el “Barrio” debió hacer un esfuerzo mayor, ya que debía suplantar las posiciones que los jugadores expulsados dejaron. Quedó mal parado en varias situaciones y Juventud encontraría el descuento que inclinó la balanza. A ese baldazo de agua fría se sumó la pérdida de Villar, quien también vio la tarjeta roja.
A falta de 14 minutos para el cierre, el equipo conducido por Mariano D” Luca marcaría un tercer gol gracias a Toledo que cambió penal por gol. Con 7 jugadores, y con uno menos en cancha, los juveniles de Don Bosco intentaron hasta el final. No pudieron convertir algunas situaciones claras que generaron y terminaron inundados por la tristeza y la amargura que significa la eliminación.
Con la no clasificación a las semifinales y la chance imposible de jugar el Torneo Argentino C del año entrante, los simpatizantes e hinchas que se acercaron a alentar se quedaron con la sensación de que Juventud Unida jugó el partido con un hombre más: Adrián Avila, arbitro de Zapala.