El centro zapalino, sede de celebraciones y festejos deportivos de los vecinos zapalinos, esta vez se tiñó de rojo y blanco producto de la obtención de la Copa Libertadores para River Plate tras 19 años de sequía en este campeonato.
Cerca de la medianoche se comenzaba a escuchar en los diferentes barrios de Zapala los gritos de alegría, y también cargadas para el eterno rival, a medida que se acercaban los instantes finales y se apreciaba la obtención del certamen continental.
Una vez que el árbitro Ubriaco pitó el cierre, las bocinas de los autos y los fuegos artificiales dominaron la calma de la noche de miércoles y le dieron paso a la algarabia, cánticos y miles de fotografías para retratar el momento.
Afortunadamente la fiesta se desarrolló en paz y sin ningún tipo de disturbio.