La última instancia apelatoria que les queda es un recurso de impugnación extraordinaria ante la Sala Penal del TSJ, que la defensa de ambos debería presentar en el transcurso de esta semana. De lo contrario, tanto Painemilla como Cides comenzarían a purgar sus condenas por el trágico robo donde fue asesinado el policía Sergio Acuña.
Painemilla y Cides fueron condenados en mayo por el delito de partícipes necesarios en el atraco por un tribunal que estuvo integrado por Gustavo Ravizoli, Beatriz Martínez y Carolina González.
El sangriento robo se produjo poco después del mediodía del 13 de abril de 2010. Ese día Painemilla trabajó como custodio en la mutual Antú Nehuén donde funcionaba la sucursal del Pago Fácil durante la mañana.
Según se ventiló en el debate, Painemilla vio que en la oficina se guardaba una fuerte suma producto de la recaudación de varios días. Sin que el custodia lo advierta, la empleada le entregó ese dinero a un cadete quien se dirigió a depositarla en el banco.
Sobre el mediodía, Painemilla le cedió su lugar a Sergio Acuña y se fue a encontrar con su primo, Víctor Pérez, policía e instructor de tiro de la fuerza. Aseguró que dieron varias vueltas en camioneta hablando sobre la reparación de un auto y que finalmente lo dejó a media cuadra del Pago Fácil.
Según contaron los sobrevivientes, Pérez entró violentamente a la oficina y acribilló a Acuña sin mediar palabra. Después golpeó a la empleada mientras le exigía que le entregue el botín y se fue con alrededor de 30.000 pesos.
Días después, cuando estaba a punto de ser detenido, Pérez se suicidó. Painemilla fue detenido ese día y se le imputó haber proporcionado datos claves para el robo.
Cides también cayó presa en ese momento y se le atribuyó haber realizado una llamada alertando sobre un falso secuestro en el paraje El Salitral con el objetivo de "liberar la zona del Pago Fácil de la presencia de policías".