Unos cazadores furtivos vieron que una patrulla de Gendarmería se acercaba, subieron rápidamente a un auto e intentaron huir. Pero no sabían que esta maniobra había llamado la atención de los gendarmes, que dieron rápido aviso a la Policía, que les cerró el paso antes de llegar a Zapala y secuestró una escopeta.
Una vez que individualizaron el auto, los policías lo detuvieron para identificar a los tres hombres que estaban en su interior. El cacheo de armas resultó negativo y tuvieron que esperar la intervención del fiscal de turno para poder requisar el vehículo.
Detrás del asiento trasero, los policías encontraron una escopeta calibre 22 con mira telescópica, cargada. Además, había una vaina servida y una caja con 26 proyectiles.
Las tres personas quedaron en libertad, pero se les inició una causa por portación indebida de arma de fuego.