e está llevando adelante una prueba piloto en seis escuelas técnicas de la provincia para conocer cuál es el consumo energético que tienen, qué tipo de confort obtienen con ese gasto y cómo pueden trabajar para abaratar costos. Buscan alcanzar un ahorro del 40% en cada escuela, lo que sería equivalente a unos 5 millones de pesos anuales por cada establecimiento.
El proyecto está coordinado por la mesa interinstitucional Eficiencia Energética de la provincia, además participa el sector público nacional, provincial, el sector privado, universidades e institutos.
Las escuelas son la EPET 10 de Plaza Huincul, la EPEA 2 de Plottier, la EPET 15 de Zapala, EPET 8 de Neuquén, y las EPET 12 y 21 de San Martín de los Andes.
Uno de los coordinadores de la mesa interinstitucional, Emiliano Sapag, expresó que la fase piloto tiene un tiempo estipulado “de un año”. Explicó que el objetivo de la propuesta “es demostrar que el ahorro es una excelente inversión, y que justifica una inversión”.
Una vez que los aparatos de medición están conectados, se pueden conocer al mes los primeros datos y empezar a trabajar. El programa tiene tres etapas: una que es social y cultural y consta de capacitaciones para tomar conciencia y responsabilidad de los hábitos; la segunda abarca las inversiones en artefactos con etiquetado energético y la última de mantener lo logrado.
La EPET 10 y la EPEA 2 son los colegios más avanzados y donde se evidenció que el gasto mensual que tienen en luz es de entre 1 millón y 1 millón y medio de pesos.
En la de Plaza Huincul se estima que dentro de un mes tendrán un primer acercamiento sobre el consumo. En base a eso van a desarrollar un plan de mejora. “De acá a un año vamos a poder hacer comparaciones interanuales en Kilowatts y vamos a demostrar que el ahorro que podemos generar es enorme. Y cuando demostremos eso, seguramente vamos a sumar más actores tanto del sector público como del privado para poder llegar no solo a todas las escuelas sino también a otros edificios públicos”, detalló Sapag.
Hay un ahorro de un tercio que se puede hacer en el plazo de un mes a otro que sería permanente y que representaría una economización cercana al 30%. El primer factor que habría que eliminar es el que conoce como “corrientes parásitas”, que son perdidas de energía. Concretamente transforman formas útiles de energía en calor no deseado que genera un efecto inútil. Y en segundo lugar tiene que ver con los excesos de consumo actuales que hay sobre la potencia contratada, que generan multas. “Eso se puede solucionar con un banco de capacitadores, que demandaría una inversión de entre 50 y 100 mil pesos, pero comprende un ahorro futuro de casi 500 mil pesos mensuales”, concluyó.