Editorial

Contra todo y contra todos

Don Bosco lidera el torneo de LIFUNE. Y en cada fecha se enfrenta no sólo a sus rivales, sino a arbitrajes polémicos y predispuestos a perjudicarlo, a dirigentes con mayor peso en la Liga y a una organización que no le conviene que un equipo de Zapala, grite campeón.

Por Sergio Garro

El equipo de la ciudad que milita en la A de la Liga de Fútbol de Neuquén es el puntero indiscutido hace varias fechas. Y con tal solo tres partidos para que termine el campeonato ha hecho méritos suficientes para ser coronado como el mejor del certamen. Sin embargo, en la pelea deportiva también dice presente la pelea dirigencial, de hombres de peso dentro de la Liga. Como lo son el Deportivo Rincón y Alianza de Cutral Có.

A poco más de 24 horas del partido de la fecha entre el “Barrio” y los rinconenses, SADRA solicitó a la organización trasladar el partido a otro estadio manifestando que “por las características del encuentro no debía jugarse en la cancha del Club Argentino”. En principio, la exigencia que más tarde obedeció el club local, se debía a cuestiones de seguridad.

Las instalaciones del Club Argentino ya habían albergado varios partidos de ésta segunda ronda: Patagonia, Independiente y Pacífico. Y jamás ocurrió un hecho de inseguridad, agresión o temas ligados a la violencia y falta de previsibilidad. Pese a ese antecedente positivo, los dirigentes del “Barrio” tuvieron que mudarse (y pagar el correspondiente alquiler) a la cancha del Club Social y Deportivo Unión.

A esto se le suma que debido a que la cancha de césped sintético aún se encuentra sin finalizar (debía ser inaugurada en noviembre según anunció el Gobierno Provincial), los zapalinos jugaron casi toda la primera rueda fuera de la ciudad. Cediendo la localía o alquilando escenarios deportivos.

“Una vez que la pelota empieza a rodar somos 11 contra 11”. Es una frase que hemos escuchado hasta el hartazgo en el mundo del fútbol, y que está emparentada a la igualdad de condiciones. Sin embargo, ese axioma no siempre se cumple. Mucho menos en una Liga de Fútbol de Neuquén, en donde los dirigentes de mayor peso, en muchas oportunidades económico, hacen y deshacen a su antojo.

La actuación de hoy del árbitro Gonzalo Escobar rozó el bochorno. Penales polémicos, divididas para la visita, y faltan alevosas que derivaron en lesiones que no se castigaron con tarjetas o expulsiones. Es cierto, Don Bosco lo ganaba 3 a 0 y el Deportivo Rincón se lo empató. En muy buen porcentaje producto de las “muñequeadas” del colegiado. Cabe recordar que no es la primera vez que el “encargado de impartir justicia” perjudica (queremos ser buenos y pensar que no lo hace adrede) a los equipos de Zapala, incluso jugando en la ciudad. Lo sufrió Unión y ahora lo padece Don Bosco.

“Los dirigentes de peso arreglan todo por teléfono”, manifestó un integrante del cuerpo técnico de Don Bosco tras el encuentro de hoy. Y tiene mucho para que le demos la razón: Alianza y el Deportivo Rincón deberían haber jugado el fin de semana pasado por la fecha 18 y no lo hicieron. ¿El partido se reprogramó para la semana? Tampoco. En un acuerdo tácito entre técnicos de los dos equipos involucrados el duelo se pateó vaya uno a saber hasta cuando, y le abre paso a la especulación.

Pese a todo lo expuesto, Don Bosco sabe que depende de sí mismo. Y en la adversidad debe hacerse más fuerte. Este grupo de 18 jugadores más cuerpo técnico y dirigentes están a las puertas de hacer historia y volver a colocar en las vitrinas del club un trofeo después de 15 años.

“Guardia alta”, manifestó Marcelo Gallardo, DT de River hace algún tiempo. El “Barrio” deberá aplicarla, y demostrar en cancha que ni dirigentes de peso, arbitrajes polémicos ni nadie que intente torcer el brazo con maniobras fraudulentas, podrán ganarle a la ilusión y al esfuerzo.

Autor: Sergio Garro

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