Tuvo que pasar casi un año para que los dos equipos de Zapala volvieran a tener acción oficial en el marco de LIFUNE. Lamentablemente la vuelta para Unión y Don Bosco no fue la soñada, ya que en un flojo partido no se sacaban ventajas cuando el árbitro Emilio Cubría decidió suspenderlo por falta de garantías.
El hecho que encendió la chispa se gestó a los 35 del complemento cuando, según el informe del colegiado, uno de los jugadores del "Canario" incitó a la tribuna rival, respondiendo ésta con proyectiles de diversos tamaños.
Desde allí todo fue un descontrol. Tumulto entre jugadores, empujones, y un efectivo policial caído por el impacto de un elemento contundente.
En lo estrictamente deportivo fue un partido malo casi de principio a fin. Con nulas ideas por ambos bandos y con escasas situaciones de gol. Quizás las más importantes de las repartieron Schutz para Don Bosco y Morales para Unión. En el primer tiempo se fue expulsado Castro para el "Barrio" por un codazo a un defensor rival.
LIFUNE había aprobado la vuelta de la actividad con protocolos que permitían el 30% de la capacidad del estadio. Desde el Club Unión informaron que la capacidad máxima permitida sería de 2000 espectadores. Sin embargo, nada de esto sucedió.
El estadio lucía al menos con un 70% de sus tribunas ocupadas, superando ampliamente los 2000 espectadores anunciados. Falló la organización y fallaron los controles policiales, ya que se apreció pirotecnia en las gradas.
Incluso, antes de comenzar el partido un petardo arrojado desde la tribuna local impactó a centímetros del primer juez de línea y el duelo comenzó de todas formas.
Un clásico que se suspendió que nadie recordará de buena manera. Sin embargo, el duelo entre los zapalinos continuará entre semana en la liga con varios puntos importantes a definir.
Foto: Barrio Más Popular.