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González tuvo un emotivo recibimiento en su regreso a la ciudad

Luego de su participación en los Paralímpicos de Río, el atleta zapalino fue recibido y ovacionado por un centenar de vecinos que se apostaron en la explanada municipal. Mientras que otros tantos formaron parte de la caravana de autos que lo acompañó hasta el escenario donde le habló a los presentes.
Sergio Garro
Por Sergio Garro

Era la primera vez en la historia del deporte de Zapala, que un atleta participaba de un Juego Paralímpico. Y no fue de paseo a Brasil, se encontraba preparado para semejante exigencia y no defraudó: por eso consiguió meterse en las dos finales (100 y 200 metros) y obtener dos diplomas paralímpicos.

En la tarde de ayer, con el clima acompañando de buena forma, Diego Martín González, ingresó a la ciudad en la camioneta de bomberos, con sus sirenas prendidas y embanderada de los colores albicelestes. Y arriba, él, nuestro campeón. Saludando y entregando una sonrisa enorme a todo aquel que lo felicitaba desde las calles zapalinas.

Una vez que arribó a la avenida San Martín los bocinazos, aplausos y gritos de los presentes se hicieron sentir. Le demostraron todo el cariño y la felicidad que les generó en su participación en Río. Luego de pasar por un sin fin de abrazos y besos, González subió al escenario para ser entrevistado y agradecer a los presentes.

"No me esperaba este recibimiento con toda la gente que está acá y me apoyo. Tenía muchas ganas de volver a Zapala, y estar con mi familia, que es lo más importante", dijo "Tincho".

"Cuando conocí el estadio estaba un poco nervioso, me costó, pero hay que seguir adelante. Lo importante como dice el profe Martín (Paz) es la marca, la medalla no importa y hay que seguir entrenando fuerte", sumó el joven de 19 años.

Una vez abajo del escenario volvió a emocionarse y a saludar a los presentes, ya que desde el área de Comunicación e Imágen de la Municipalidad le confeccionaron un emotivo video con saludos de su familia, amigos y profesores.

El campeón está en Zapala, entre sus afectos, y mientras aguarda por el llamado de Paz para volver a entrenar a Aluminé, empezó a llenar aún más su corazón con el afecto recibido.

Foto: Cesar Soria.

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