Luego de un juicio de tres días, el pasado viernes, un jurado integrado por seis hombres y seis mujeres de Zapala declaró por unanimidad responsable de abuso sexual simple y abuso sexual agravado a un hombre de 40 años que durante una década abusó de la hija de su pareja y la dejó embarazada.
Fueron suficientes 90 minutos de deliberaciones para que los integrantes del jurado pudieran llegar a la conclusión de culpabilidad.
En agosto del año pasado, apenas 48 horas después de descubierto el hecho, a la niña se le practicó la interrupción legal del embarazo.
El testimonio de los profesionales del hospital de Zapala, que declararon en el juicio oral, fue decisivo porque explicaron cómo atendieron a la niña y el tratamiento que hasta la actualidad le siguen realizando.
El acusado hasta el día de hoy niega haber sido el autor pese a que lo análisis de ADN demuestran que el embarazo era producto del abuso. “Me cambiaron la sangre”, denunció, algo que fue descartado durante la investigación.
Los detalles del caso conmovieron a los jurados que, sin embargo, durante los tres días del juicio mantuvieron la serenidad y llevaron al veredicto unánime tras una muy corta deliberación.
El imputado, que es empleado de una municipalidad cercana a Zapala, seguirá en libertad y en una próxima audiencia la jueza Leticia Lorenzo fijará el monto de la pena que deberá cumplir.
De acuerdo al expediente judicial, la víctima tiene 12 años y fue abusada desde que tenía 8 por quien era la pareja de su madre desde hacía 10 años.
La madre no sospechaba nada. A principios de agosto del año pasado su hija sufrió una fuerte descompostura y en el pequeño hospital de la localidad donde viven le diagnosticaron cólicos. Le recomendaron que hiciera dieta y tomara mucha agua.
El malestar seguía por lo que la madre decidió viajar con su hija a Zapala para hacer una consulta de mayor complejidad. A la niña se le hizo una ecografía abdominal que derivó en una ecografía ginecológica, y así se descubrió que cursaba un embarazo de 9 semanas.
Del consultorio y conmocionada por la revelación, la madre y su hija fueron a la fiscalía y presentaron la denuncia ante la fiscal Laura Pizzipaulo. La víctima, que apretaba una muñeca contra su pecho, dijo: “fue el papi”. Así llamaba a la pareja de su mamá.
Fuente: diario RN.
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