Se trata de una terapia física y mental complementaria que, a través del contacto directo con caballos (elementos centrales de la propuesta) contribuye en la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad.
Además de montar y permanecer en contacto con el animal, la actividad incluye momentos previos de acercamiento entre los alumnos y el animal conocidos como actividades ecuestres (donde se aproximan, se conocen, lo cepillan, lo alimentan, lo preparan) y de otra índole relacionadas con la naturaleza y el medio.
Entre los beneficios que proporciona la terapia se puede decir que son tanto físicos como psicológicos, mejora la motricidad, fomenta la autoestima, corrige problemas de conducta, disminuye la ansiedad y estimula la memoria y la concentración.
Desde la dirección de Discapacidad, personal preparado para tal fin realiza la actividad terapéutica de manera abierta y gratuita con niños, niñas, adolescentes y adultos, de lunes a viernes, de 9 a 12 horas en el predio de la ADZ, con aspiraciones a convertirse en una actividad anual.
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