"¡Sueño cumplido! ¡Somos Campeones del Mundo!", expresó Marcos Javier, "Huevo" Acuña en sus redes sociales. En su publicación, el carrilero izquierdo se mostró con la copa entre sus manos y en compañía del propio Lionel Messi.
La final comenzó muy complicada para Acuña. La lesión que arrastraba no le permitió arrancar la final entre los 11 titulares. Y mucho peor aun, cuando ingresó en el momento más complicado del partido: tuvo que reemplazar a Di María, continuar con la creación de ataque por la banda izquierda y atravesar los golpes anímicos del equipo tras el empate de Francia.
El carrilero izquierdo se formó en el club Don Bosco de Zapala y llegó a jugar en la primera división de Lifune hasta el 2008. Luego llegó la oportunidad en Buenos Aires. Allí comenzó su carrera ascendente. La rompió en Ferrocarril Oeste y llamó la atención de un grande de primera: Racing Club.
El crecimiento de Acuña no quedó ahí, la selección seguía de cerca sus pasos y Europa ya vislumbraba su potencial. Primero fue el Sporting de Lisboa de Portugal y luego la consagración de la Scaloneta que lo acercó al Sevilla de España.
“Disfrutá y jugá como cuando eras chico, sin presiones. Te lo ganaste”, expresó en una carta la esposa del Huevo, María Julia Silva, fechada el 12 de noviembre, pero que hoy la dio a conocer el propio Marcos en su cuenta de Instagram.
La carta de María Julia sintetizó la esencia del jugador que integra la selección campeona de América –y ahora del mundo-. “Solo quiero decirte una vez más, que me siento muy orgullosa de vos, estos últimos meses no fueron fáciles y le pusiste todo para mejorar… todo el sacrificio que estás haciendo va a valer la pena y donde me busques voy a estar con los tres peques, acompañándote”, expresó.
Un manto de incertidumbre rodeó al Huevo durante sus primeros días en Qatar. Una pubalgia en su pie izquierdo puso su participación en duda. Logró pasar el entrenamiento intensivo de Scaloni, pero su condición física no le permitió estar al 100 por ciento durante todos los partidos. Sin embargo, el huevo es fiel a esa metáfora del fútbol: es sacrificio, esfuerzo, marca permanente, perseverancia, templanza y también un jugador que llega en ataque.
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