En una audiencia realizada el viernes pasado, el juez Diego Chavarría Ruiz avaló el pedido de la fiscalía de Zapala y le formuló cargos al hombre por los delitos de abuso sexual con acceso carnal y abuso simple continuado, ambos agravados por el vínculo y por el aprovechamiento de la convivencia preexistente con la víctima menor de 18 años.
La víctima "se hallaba en extremo estado de vulnerabilidad", puntualizó la fiscal del caso Laura Pizzipaulo.
De acuerdo a la teoría del caso de la fiscalía, en fecha incierta, pero entre diciembre de 2005 y marzo de 2006, el hombre violó a su hija, quien tenía 10 años en ese momento, en el patio de atrás de la vivienda donde vivía toda la familia, en un paraje al norte de la ciudad de Aluminé.
Además, la fiscal detalló que desde mayo del 2008 hasta enero del 2013, el hombre abusó en formas reiteradas de su hija en otra casa familiar que compartían cerca de Aluminé; así como cuando ella lo acompañaba en un vehículo hacia la ciudad de Neuquén.
El agresor sexual aprovechaba los momentos en que estaba a solas con la víctima, quien en esos años tenía entre 12 y 17 años. Fue recién hace pocos meses, que la joven, ya adulta, pudo develar el calvario sufrido en manos de su padre.
Por los delitos imputados, de ser hallado culpable, el hombre podría recibir una condena de entre 8 y 20 años de prisión efectiva.
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