En una audiencia realizada ayer en Zapala, la jueza Carolina González avaló el pedido de la fiscalía y acusó a Rubilar Calfuqueo de lesiones culposas graves por conducción imprudente, negligente y antirreglamentaria de un vehículo automotor, agravadas por darse a la fuga, por no haber intentado socorrer a la víctima y por culpa temeraria.

La fiscal del caso, Laura Pizzipaulo, relató el brutal accidente que ocurrió el 5 de mayo de este año, alrededor de las 10:30, en calles Etcheluz y Teniente Candelaria, en pleno centro de Zapala.

En ese momento, Rubilar Calfuqueo conducía una Ford Ranger por Etcheluz en sentido este y al llegar a la intersección con Teniente Candelaria impactó de lleno contra el lateral izquierdo de una Toyota Hilux, que venía por esa vía hacia el norte.

Por el fuerte impacto, ambas camionetas quedaron subidas a la vereda. El segundo vehículo era conducido por un hombre quien viajaba solo y tenía prioridad de paso. A raíz del fuerte choque, la víctima sufrió lesiones graves.

En las imágenes captadas por las cámaras se seguridad de la zona, se pudo observar que el acusado descendió de su camioneta y al ver que el otro conductor estaba inconsciente, sin siquiera acercarse, volvió a subir y escapó rápidamente del lugar. Además, se ve pasar a al menos otros tres vehículos por esa esquina.

Tras el siniestro, la Policía inició una investigación y así se determinó que era Rubilar Calfuqueo quien conducía la Ranger. Sin embargo, cuando fueron a buscarlo a su casa, dijo que su hermano conducía y que él estaba trabajando al momento del accidente.

Pese a ello, algunos testigos reconocieron al acusado como quien conducía, la triangulación de las antenas de celular lo situaron en la escena y la empresa de servicios petroleros para la que trabaja negó que estuviera en servicio en ese momento. Todas esas pruebas, presentadas por la fiscalía en la audiencia, terminaron de cercarlo.