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Parricidio: uno de los acusados reveló estremecedores detalles del asesinato de Jara

“Jara estaba calzado con un cuchillo a la cintura y nos dijo que nos iba a matar. Yo pensé que íbamos a morir”, relató el joven Matías en el día de ayer. "No era mi hermano. Nunca vi a Fernando así. Se había transformado. Yo estaba asustado, congelado y no entendía nada", recordó.
Sergio Garro
Por Sergio Garro

“Yo pensé que íbamos a morir”, expresó Matías Jara, de 21 años, uno de los dos acusados por el parricidio de su padre Orlando Jara. Lo hizo ante la fiscalía en una declaración voluntaria y acompañado de su defensor particular, donde brindó detalles del escalofriante crimen ocurrido el 26 de enero en la ciudad de Zapala.

De acuerdo a lo relatado por Matías, esa madrugada, Orlando Jara arribó en estado de ebriedad y armado. “Jara estaba calzado con un cuchillo a la cintura y nos dijo que nos iba a matar. Yo pensé que íbamos a morir”, relató el joven, en referencia a su padre, quien fue asesinado más tarde, y que había irrumpido en la habitación donde dormía junto a sus hermanos Fernando y Giuliana.

En todo momento, el joven se refiere a su padre como “Jara”, nunca por el nombre ni por su parentesco. En total subió y bajó tres veces la escalera, pero en la última subida, Fernando lo golpeó con un bastón extensible de metal entre el cuello y la mandíbula, tal como aclaró el defensor Gustavo Lucero. Tras ello, el hombre les dijo: "Voy a buscar la 45" y se retiró de la casa familiar.

En ese ínterin, llamaron a la Policía y un móvil de la Comisaría 48 se acercó a la vivienda. De acuerdo a la declaración de Matías, ante los fiscales Marcelo Jofré y Sandra González Taboada, su madre, ellos mismos y hasta el propio Orlando les pidieron a los efectivos que se lo llevaran de allí. "Increíblemente los policías no lo llevaron, eso merece una causa aparte por el mal accionar que tuvieron", expresó Lucero, y confió que por ahora no hay novedades sobre la denuncia que realizó Hilda contra los efectivos.

Una vez que los policías se retiraron del lugar, pese a que delante de ellos Jara había amenazado de muerte a sus hijos, tal como relató Matías, su hermano continuó reclamándole por "todos los años de maltrato y violencia" a los que los sometió a ellos y su madre.

En ese momento, Orlando Jara se acercó a un auto que pasaba por la calle. Matías interpretó que iba a irse en el vehículo, pero Fernando pensó que iría a buscar el arma de fuego, "como que le estaban acercando la 45". Por ello, Fernando lo persiguió y empezó a forcejear con su padre; mientras que Matías acompañó a su madre, quien había salido de la vivienda para "preservarla".

Cuando Matías volvió a salir de la casa, ubicada en el barrio Zona II, escuchó a un vecino que gritaba "No, no, no" y observó que el cuerpo de su padre yacía en el piso y "Fernando tenía la cabeza en la mano y le seguía reclamando por los años de violencia", luego, vio el momento en que se sacó una selfie. En un relato que se entrecortaba, por la emoción misma de lo sucedido, Matías sentenció: "No era mi hermano. Nunca vi a Fernando así. Se había transformado. Yo estaba asustado, congelado y no entendía nada".

Lo próximo que recordó fue cuando arribó la Policía y se los llevó en un móvil. Ahora, los dos están detenidos con prisión domiciliaria, acusados de homicidio agravado por el vínculo, delito que prevé una pena de prisión perpetua. Sin embargo, la defensa anticipó que tras la pericia psicológica y psiquiátrica, que se realizará el próximo 26 de febrero por los profesionales del Cuerpo Médico Forense, pedirá una audiencia para solicitar el sobreseimiento de Matías.

"Otra de las cosas que quedó clara es que Matías no tuvo ningún contacto físico con Jara. Estamos convencidos de que Matias tiene que ser testigo y no imputado", declaró Gustavo Lucero a este diario, quien además indicó que del testimonio del joven se desprende que no vio el momento en que Fernando lo apuñaló, pero "sí quedó claro que el no participó".

Durante la entrevista, Matías permitió que los fiscales le hagan preguntas sobre el hecho. "Le hicieron gran cantidad de preguntas, la fiscal le pidió precisiones, y también le hice preguntas yo", explicó Lucero. Sin embargo, indicó que cuando la fiscal le consultó porque después de tantos años de violencia, no se había ido de la casa si ya era adulto, Matías se quebró. "No me fui porque no podía abandonar a mi mamá y mi hermanita", declaró el joven y al nombrar a su hermana, rompió en llanto.

Fuente: LM Neuquén.

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