"Yo tenía una camioneta en venta en Marketplace y ese día me contactó una persona por WhatsApp. Me pidió fotos y me dijo que estaba muy interesado, que era de Loncopué pero que estaba de viaje por Cipolletti. Por eso, me pidió un CBU para hacer una seña y que se la guarde", confió.
Juan Pablo pedía $1.100.000 por su camioneta. El interesado acordó transferirle $800 mil a su cuenta bancaria y a los pocos minutos le avisó que ya la había concretado. Sin embargo, el movimiento no se veía reflejado en el cajero.
"El capital no aparecía en mi cuenta. Me volví a mi casa y cuando estoy llegando, me contactaron por teléfono del Banco Central, diciendo que había un problema con la cuenta, y que el dinero de la transferencia estaba en el aire", explicó . Sin embargo, el problema tenía una sencilla solución, según el falso empleado bancario; todo lo que él tenía que hacer era ir al cajero y seguir las indicaciones.
"Entré como un caballo. Fui al cajero, di claves que no tenia que dar, que nunca las había tocado en mi vida, me entregaron un supuesto capital, pero faltaba más y no se podía hacer en mi caja de ahorro y me pedían más cuentas", recordó sobre cómo lo guiaron a semejante mentira. Desesperado por recibir lo que era suyo, Juan Pablo contactó a familiares y amigos, y así consiguió cinco cuentas más que supuestamente le iban a permitir recibir el pago de su vehículo. Pero eso no sucedió.
En su lugar, sin ser conscientes del enorme engaño del cual estaban siendo víctimas, todas las personas siguieron las indicaciones de los estafadores en el cajero y brindaron acceso ilimitado a sus cuentas bancarias. Así, los embaucadores se hicieron con el dinero de sus ahorros y además gestionaron préstamos pre-aprobados de entre 100 y 170 mil pesos.
"Llegamos a estar tres personas adentro del mismo cajero y ninguno sabía que estábamos siendo estafados, nunca habíamos tocado esas claves. Nos percatamos recién mas tarde cuando otra persona nos dijo que tuviéramos cuidado con eso. Cuando fuimos al banco a constatar, vimos los préstamos", relató.
Tan rápido como el importe de los préstamos fue depositado en sus cuentas, también fue retirado y transferido a otras cuentas por los delincuentes. El perjuicio económico total fue de $970 mil.
A pesar de que las víctimas denunciaron todo lo ocurrido ese mismo día, el banco, siguiendo su política para estos casos, no podía cancelar los préstamos porque el dinero había sido retirado. Sin embargo, accedieron a darle al principal damnificado una oportunidad para ahorrarse la deuda de por vida.
"Los préstamos eran a 60 cuotas y el valor final era de más de $5 millones. Así que nos dieron 10 días para pagar la totalidad del monto antes de cobrarnos la primera cuota", explicó. En este sentido, expresó: "Para mí y para mi familia esto fue catastrófico, al otro día ya teníamos una deuda nuestra y con gente conocida. Fue una carrera contra el tiempo para ver como pagarlo. Yo soy empleado publico, ¿cómo iba a conseguir de un día para otro un millón de pesos?", razonó.
Juan Pablo pudo llegar a un acuerdo con sus allegados para devolverles el dinero poco a poco. Pero para saldar su deuda bancaria debió vender otra camioneta, una Renault Kangoo 2017, por un valor mucho menor al que pagó en su momento y que ni siquiera había terminado de abonar.
"Perdimos nuestro vehículo porque lo único que hicimos con esa venta fue poner la plata dentro del banco", lamentó.
Aún así, el día 11 lograron entregar el dinero y finalmente, el viernes 22, les confirmaron desde el banco que cuatro de los préstamos ya se dieron por cancelados. Ahora resta esperar la misma respuesta favorable por los dos restantes.
"El banco por suerte cumplió, pero estuvimos cortando clavos todos los días hasta obtener la confirmación", admitió el hombre.
La causa ya quedó en manos de fiscalía y Juan Pablo confió que las cuentas de los estafadores ya fueron identificadas y el dinero hallado. Sin embargo, sabe que ahora deberá esperar que la Justicia se expida al respecto y rezar para que el proceso penal le permita recuperar algo de todo lo perdido.
Por el momento, espera que la difusión de su experiencia sirva de advertencia para otros y que se trabaje para implementar medidas de seguridad que sirvan como trabas para este tipo de engaños. Asimismo, indicó que los llamados que recibió tenían características de Buenos Aires y de Río Gallegos.
"Este 2020 nos dejó una confianza al manejar redes sociales, una apertura hacia el otro sin vernos las caras, para pagar con aplicaciones, tarjetas, códigos QR, todo virtual. Hoy estamos todos expuestos día a día", resaltó.
Fuente: LM Neuquén.
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