La imagen de los surtidores con las mangueras cruzadas a la espera de los camiones con combustibles se tornó repetitiva durante todo el fin de semana en la localidad.
Las largas colas de vehículos y habitantes con bidones aguardando ser atendidos le dieron vida a la tarde de sábado, donde se llegaron a divisar hasta cinco cuadras de espera.
El problema de abastecimiento se arrastra desde hace una semana. Si bien los estacioneros reclaman por el envío de mayor cantidad de litros, chocan contra la falta de respuestas que reciben desde las destilerías.
Producto de este inconveniente, muchos turistas que viajaban hacia la Cordillera tomaron la decisión de quedarse en nuestra localidad y pernoctar aquí hasta que pudieran cargar combustible.
En Petrobras solo quedaba gasoil y estaban a la espera de un nuevo camión. En YPF PetroZapla el panorama era similar.
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