
Fingiendo ser empleados de una compañía de seguros, tres hombres armados lograron ingresar a la vivienda del Mario Villanueva, empresario minero de Zapala. El drama se extendió por casi una hora, hasta que los delincuentes consiguieron apoderarse de dos cajas de seguridad en las que había una suma estimada en más de 300 mil pesos. Poco después de huir, la Policía demoró a tres sospechosos, oriundos de Cipolletti, que anoche quedaron desvinculados de la causa.
La investigación está centrada en Zapala y buscan intensamente a los autores.
La pesadilla de la familia Villanueva arrancó cerca de las 10 de ayer. Por cuestiones laborales, ni el joven empresario corredor de motos y autos ni su esposa estaban dentro de la vivienda. Sólo habían quedado en la casa de la calle Chaneton la niñera y un pequeño de dos años, hijo de la pareja.
Los hombres lograron ingresar fingiendo ser empleados de una compañía de seguros y diciendo que traían importante documentación para Villanueva.
Apenas abrió la puerta la niñera, la golpearon y amenazaron con armas de fuego. Inmediatamente comenzaron a revolver todo en búsqueda de dinero. Manejaban el dato de una reciente transacción comercial hecha en Buenos Aires.
Afuera, una cuarta persona esperaba la llegada del padre del empresario que se llama igual que su hijo, quien todas las mañanas pasaba a saludar a su nieto.
Los planes de los delincuentes se alteraron cuando minutos más tarde llegó a la casa, lindante con la oficina de correo, la pareja del empresario. La joven intuyó que algo pasaba porque llamaba por teléfono y nadie le contestaba.
Cuando ingresó también fue reducida. Aterrada ante los hombres armados, la mujer entregó dos cajas de seguridad que contenía pesos y dólares.
Después de una hora de dramatismo, los delincuentes huyeron con el botín que ascendería a los 300 mil pesos.
La Policía, alerta, realizó un operativo cerrojo que permitió demorar a tres personas en la Ruta 22, en el acceso a esta de la ciudad.
Una fuente judicial confirmó que habían sido liberdados y desvinculados de la causa.
“Se solicitaron cámaras de seguridad a comercios de la zonas para tratar de avanzar en la investigación”, reveló la fuente judicial.
La principal hipótesis de los investigadores está centrada en un entregador local. “Se sospecha de los empleados de la minera porque conocían la transacción comercial que había realizado el empresario”, reveló el informante.
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