Por su parte, al hijo del policía, Marcos Zúñiga, y al delegado municipal Néstor Cid, que también estaban acusados de haber participado del crimen, se los declaró no culpables debido a que no se encontraron elementos suficientes para vincularlos al asesinato.

Ayer a las 19:30 concluyó el juicio que arrancó el pasado lunes por el que pasaron unos 40 testigos. Temprano en la mañana se hicieron los alegatos de las partes y el único acusado que habló fue Cid, quien se desligó del crimen. El delegado municipal reconoció que había peleado en un pub de Las Lajas con Montecino y después se separó de Zúñiga tras una discusión, aunque después admitió que se reconciliaron y volvieron juntos en su camioneta al paraje de Las Buitreras, donde viven.

Cerca del mediodía se reunieron el juez, las fiscales y los abogados defensores para debatir las instrucciones que debía recibir el jurado. Confeccionaron un escrito de 14 carillas con los detalles que debían analizar los jurados durante la deliberación que arrancó a las 16:30 y concluyó tres horas después.

La sede del Tiro Club de Zapala, donde se realizó el juicio, quedó en silencio absoluto cuando entró el jurado para dar el veredicto.

Todo fue bastante rápido. Zúñiga, padre e hijo, confluyeron entre lágrimas en una abrazo con realidades y sentimientos encontrados: uno quedaba preso y el otro en libertad. Cid suspiró aliviado.

Para la fiscal del caso, Laura Pizzipaulo, el veredicto tuvo un sabor agridulce porque no se pudo demostrar que Zúñiga hijo y el delegado municipal participaron del crimen.

Ahora esperan la audiencia en la que le darán la pena al policía, que podría ser de prisión perpetua.

Fuente: LM Neuquén.